HOMILÍA DE DON JOSÉ LUIS CHÁVEZ BOTELLO
Parroquia de San Juan Bautista Yaee
10 de Mayo de 2011
Parroquia de San Juan Bautista Yaee
10 de Mayo de 2011
En su visita a la parroquia de San Juan Bautista Yaee, el Arzobispo de Antequera Oaxaca se reunió con 30 agentes de pastoral que estan trabajando en seis comunidades que integra la Parroquia de San Juan Bautista. En esta reunión El pudo observar los avances que se tiene en esta parroquia sobre la aplicación del Plan Diocesano de Pastoral. Después de esta breve reunión siguio con la celebración Eucarística donde se confirmaron 80 jóvenes de las diferentes comunidades de la parroquia. En su homilía, entre otras palabras dijo:
SER HIJOS DE DIOS
La confirmación es el centro de nuestra Fe; está unida al bautismo y a la eucaristía. Por el Bautismo somos hijos de Dios. La celebración de este día es la confirmación del bautismo de estos jóvenes.
En sí, nadie merece ser hijo de Dios, ni siquiera la virgen María que es la madre de Dios. El ser hijo de Dios es un regalo que Dios ha dado a cada ser humano a través de su pasión, muerte y resurrección.
Podemos tomar el ejemplo de los animalitos. Si se juntaran todos los que se consideren más inteligentes y decidieran convertirse en seres humanos ¿lo lograrían? La respuesta es nunca. Lo mismo pasa con el hombre, ningún ser humano podía por su propia capacidad pasar a ser hijo de Dios.
RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES
Los que el día de hoy reciben su confirmación, deben agradecer a sus papas por haberlos llevado al bautismo, porque fue desde entonces cuando pasaron a ser hijos de Dios. Desde entonces los papas eran los directos responsables en la conducta de cada uno de ellos; ahora que ellos confirman, reafirman y ratifican ese bautismo, ellos ya se hacen responsables de sus actos de manera que, sus papas ya no serán los culpables en los desaciertos de estos jóvenes en su vida cristiana.
TAREAS DEL BAUTIZADO
He aquí tres tareas que todo bautizado debe tener en cuenta y cumplirla, porque el Bautismo a pesar de que nos hace hijos de Dios, no basta con recibirlo para tener la salvación, se trata solamente de un inicio de la vida cristiana y eso implica de una transformación constante para tener la vida de Dios en su plenitud.
1.- Conocer bien a Cristo y seguirlo.
A un bautizado no le basta con lo que aprende en la casa para poder desarrollarse física, intelectual y espiritualmente, necesita abrirse a conocer con otras personas algo diferente pero que a la vez ayude a alimentar el conocimiento que ha adquirido en su casa. Si en su casa le hablaron algo de Jesús, ahora el tiene que conocer por si mismo quien es Jesús. Solo haciendo esto no podrá confundirse jamás, al tener un conocimiento pleno de quien es Cristo.
2.- Integrarse más en la Iglesia de Cristo.
Es en la Iglesia fundada por Cristo donde un bautizado puede conocer mejor a Dios, es ahí donde están los sacramentos que Jesús instituyo como medios de la Salvación. Podemos tomar el ejemplo de un niño, que necesita de una familia para que él pueda crecer fuerte y sano. Ningún niño puede vivir y crecer bien sin una familia, así como ningún cristiano puede crecer sin estar unido a la Iglesia.
3.- Conocer la propia vocación.
Es este el problema de raíz cuando tratamos de hacer algo pero en el intento se nos presentan obstáculos y sucumbimos fácilmente. Desconocemos aun nuestra vocación. Es decir, lo que hemos tratado de hacer realmente no era para nosotros. Solo conociendo la vocación propia uno puede luchar contra cualquier adversidad.
SER HIJOS DE DIOS
La confirmación es el centro de nuestra Fe; está unida al bautismo y a la eucaristía. Por el Bautismo somos hijos de Dios. La celebración de este día es la confirmación del bautismo de estos jóvenes.
En sí, nadie merece ser hijo de Dios, ni siquiera la virgen María que es la madre de Dios. El ser hijo de Dios es un regalo que Dios ha dado a cada ser humano a través de su pasión, muerte y resurrección.
Podemos tomar el ejemplo de los animalitos. Si se juntaran todos los que se consideren más inteligentes y decidieran convertirse en seres humanos ¿lo lograrían? La respuesta es nunca. Lo mismo pasa con el hombre, ningún ser humano podía por su propia capacidad pasar a ser hijo de Dios.
RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES
Los que el día de hoy reciben su confirmación, deben agradecer a sus papas por haberlos llevado al bautismo, porque fue desde entonces cuando pasaron a ser hijos de Dios. Desde entonces los papas eran los directos responsables en la conducta de cada uno de ellos; ahora que ellos confirman, reafirman y ratifican ese bautismo, ellos ya se hacen responsables de sus actos de manera que, sus papas ya no serán los culpables en los desaciertos de estos jóvenes en su vida cristiana.
TAREAS DEL BAUTIZADO
He aquí tres tareas que todo bautizado debe tener en cuenta y cumplirla, porque el Bautismo a pesar de que nos hace hijos de Dios, no basta con recibirlo para tener la salvación, se trata solamente de un inicio de la vida cristiana y eso implica de una transformación constante para tener la vida de Dios en su plenitud.
1.- Conocer bien a Cristo y seguirlo.
A un bautizado no le basta con lo que aprende en la casa para poder desarrollarse física, intelectual y espiritualmente, necesita abrirse a conocer con otras personas algo diferente pero que a la vez ayude a alimentar el conocimiento que ha adquirido en su casa. Si en su casa le hablaron algo de Jesús, ahora el tiene que conocer por si mismo quien es Jesús. Solo haciendo esto no podrá confundirse jamás, al tener un conocimiento pleno de quien es Cristo.
2.- Integrarse más en la Iglesia de Cristo.
Es en la Iglesia fundada por Cristo donde un bautizado puede conocer mejor a Dios, es ahí donde están los sacramentos que Jesús instituyo como medios de la Salvación. Podemos tomar el ejemplo de un niño, que necesita de una familia para que él pueda crecer fuerte y sano. Ningún niño puede vivir y crecer bien sin una familia, así como ningún cristiano puede crecer sin estar unido a la Iglesia.
3.- Conocer la propia vocación.
Es este el problema de raíz cuando tratamos de hacer algo pero en el intento se nos presentan obstáculos y sucumbimos fácilmente. Desconocemos aun nuestra vocación. Es decir, lo que hemos tratado de hacer realmente no era para nosotros. Solo conociendo la vocación propia uno puede luchar contra cualquier adversidad.
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